jueves, 20 de marzo de 2014

Metamorfosis en el espejo

Todos los días veo cambios, imperceptibles a la mirada ajena. Yo sé que es así. Muda mi nariz, ligeramente más gruesa cada día; en los alrededores de mis ojos y mi boca pequeños pliegues fláccidos intentan apoderarse de ellos. Que estas loca, que qué disparates decís; placebos verbales inyectados en mis oídos sin resultado. Los que me quieren, mienten. Aunque si me saco los anteojos pareciera que estoy igual que antes, antes de la menopausia, con la piel ajustada, como un guante de cabritilla es a la mano. Y si cierro los ojos mi esquema corporal se remonta a aquella imagen fresca, se resiste al cambio conceptual. Entonces rompo todos los espejos de mi casa y sigo de largo ante cualquier objeto que me refleje, porque quienes mienten son los espejos. 

(Digresión, más de 100 palabras)