Me habían dicho que el mar es inmenso; que puede ser azul, verdoso o gris, según el cielo; que acaricia la arena, y que ésta puede ser blanca, amarillenta o negra; que sus aguas son cálidas o frías; que le inventaron historias de sirenas; que esconde barcos hundidos; que antiguamente navegaban siguiendo las estrellas; que da miedo en un día de tormenta; que gime, ruge o susurra; que inspira a los poetas.
Me habían dicho que es maravilloso; que fuera... Pero nunca me dijeron que allí, frente al mar, al bajar corriendo los médanos, caería en los brazos del amor.
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ResponderBorrarGracias, Estela!!!
BorrarCracias, Estela!!!
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