Eventuales

Un ejercicio en la clase de escritura de hoy. La consigna:
Una mujer.
Viento.
Verbos de movimiento.
Sentimientos, estados de ánimo.
Frase inicial: Y lloré cuando el viento se llevó a la niña que fui.

Y lloré cuando el viento se llevó a la niña que fui. La que quedó se despatarró tras la puerta de su cuarto amenazando con inundar de lágrimas el lugar. Un huracán me zarandeó, levantó y arrojó sin piedad, no sin antes acuchillar mi alma. Tuve que tapar mis oídos para que sus palabras no se colaran en mi cerebro.  Pero el viento lo puede todo, en todo se mete y empuja, golpea, insiste. No te quiero, no te quiero, no te quiero. Aún silban. Y me da miedo y tengo frío.

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Mi participación en Escuela de Escritores. Relatos en Cadena; la consigna: Mientras la impía lluvia borraba la rayuela

La otra cara
Mientras la impía lluvia borraba la rayuela dibujada en las baldosas de la plaza, allá lejos, al otro lado del mundo, el sol cocía cuerpos, piedras, tierra. Y sobre la tierra, tatuaba grietas.


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Mi participación en Escuela de Escritores. Relatos en Cadena; la consina: Y regresé al cielo

Arrepentido
Y regresé al cielo con el rabo entre las patas. En Mesa de Entradas me hicieron dejar el traje rojo y el tridente.


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Mi participación en Escribe fino. Viernes creativo: escribe una historia.  




Fotografía de JeeYoung Lee 
Confundida

Navego sin tiempo en las aguas turbulentas de mis recuerdos y al final me encuentro sola en un rincón, debajo de trapos viejos, tratando de trepar la montaña que nos separará, creando canciones para no escuchar sus reproches, escondiéndome, huyendo... de mí. ¿De mí? Pero cómo... ¿no era de él? 



Regalos

Frío... Frío... Tibio. Me hizo revolver todo mi departamento con ese juego de niños, al final lo encontré dentro de mi valija. Reí a carcajadas. ¿Vale por un viaje?, le pregunté. ¿Y se puede saber a dónde? A dónde quieras, me respondió. Entonces guardé todo lo que pude: camisas, polleras, remeras, sandalias... el cepillo de dientes y mi mejor perfume.
Hoy, se cumple un año y, ¿te cuento un secreto?, debajo de la almohada le escondí un par de escarpines de bebé... Shhh, ahí abre la puerta.




Te falta azúcar

Me decís que soy fría, dura, inalcanzable. Si te tomaras tu tiempo para decirme palabras azucaradas… verías que burbujeo, que me endulzo, que me fundo…














Para ver el video inspirador ir a:
elbicanaranja Escribe fino 

Cada vez que tengo algún evento importante mi estómago se desespera. Es el encargado de señalarme el grado de confianza en mí misma. Algún que otro crouaaaak (pronúncialo con la boca apretada y déjala que se expanda al llegar a las “a” y si inclinas la cabeza, apretando un poco la garganta, creo
que te saldrá bastante parecido a mi timbre estomacal) indica que no debo preocuparme mucho, estoy en camino de salir airosa, salvo que algún oído ajeno escuche semejante sonoridad. Si en cambio percibo que se retuerce con la fuerza de un nudo marinero, estoy perdida, deberé hacer uso del pastillero para que mis manos no tiemblen y no transpiren mis axilas. Y es así, con las pastillas, que logro tomar el poder de esta viscera. Entonces lo hundo… lo ahogo… lo silencio… lo duermo… lo apago.




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